Vino con sus ojos grandes.
Con sus ojos grandes.
Y me miró.
Con sus ojos grandes.
Vino.
Y ahora esto.
Sus ojos grandes,
y se fue.
Con sus ojos grandes.
Y me miró.
Con sus ojos grandes.
Vino.
Y ahora esto.
Sus ojos grandes,
y se fue.
Me miró.
Y yo.
Se fue.
Y yo, acá.
Y ahora esto.
Sus ojos,
y yo.
Grandes.
Se fue.
Y yo, acá.
Y ahora esto.
Sus ojos,
y yo.
Grandes.
4 comentarios:
caf, te vi ahí en el blog de Ruben A. Arenas, me alegro que te haya gustado también, a mí me emocionó que captara tan bien todo el "entramado levreriano", que no es literario sino existencial: la literatura es un subproducto de esa forma de vivir la vida, de estar atento.
entonces me di una vuelta por acá y leí lo que dice tu perfil: quedé dura!
sin embargo, la literatura sigue por aquí, ya veo...
un abrazo
Gabriela
PD: No puedo evitarlo: salvo que sea un juego que no capto, es "alevoso", no "aleboso" (podes borrar este comentario luego de corregirlo, je je)
Ya mismo lo arreglo.
No, estimada, no hay ningún juego oculto, la verdad es bastante triste: sin el abc del Word soy un troglodita de la ortografía. Y a veces aún con el corrector. Por las dudas esta respuesta la estoy escribiendo en el Word y ahora la pego al blog. Y después a cambiar mi aleVoso error!
Un honor su visita por este humilde blog.
Salu2 :)
sublime... grande!
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